¡La culpa es del boliviano!, ¿seguro?
Escribe: Rosendo Pío Gabino
Lavandina para el pardo latino
La oligarquía gobernante impulsa la Constitución de un nuevo reich. La búsqueda de pureza racial retoma agenda. Sueñan con deportaciones masivas. Cargar la plaga en camiones y volcarlos del otro lado de la frontera. Es el anhelo venerado por generaciones que sienten a Europa latiendo en su pecho, corriendo por su sangre.
Las mil familias dueñas de todo siguen dispuestas a llevar su cruzada purificadora. Ayer “limpiaron” el rico desierto, hoy emprenden la campaña contra el pardo externo. Adulan a los españoles conquistadores-aniquiladores que catalogaban a los naturales como “hombres incompletos” guiados por fuerzas satánicas. El blanco europeo, siguiendo una misión autoinflingida y en nombre de la iglesia católica, procedió a exorcizarlos hasta la muerte. En la mano derecha la biblia, en la izquierda, la espada. Sin embargo, más de medio milenio después la tarea no está terminada.
La pureza no fue conseguida tal como fue diseñada, peor aún, sufrió tropiezos. En consonancia con el pensamiento sarmientino, los patricios de fines del siglo XIX se horrorizaron con la llegada de italianos y españoles: ¿qué pasó con los británicos, franceses y alemanes? ¡Así nunca seremos una colonia respetable! El horror seguiría en la posterior centuria.
Como Antoine Roquentin, la creación de Jean-Paul Sartre, la aristocracia siente “la nausea” por la vieja resaca europea ahora americanizada. No obstante, con desprecio y de reojo los tratan superficialmente. El vacío de una Europa en las indias es insoportable para los notables hacedores de la república.
En este marco de falsa armonía la mirada vuelve a estar puesta en los invasores inmigrantes latinoamericanos, la plaga a neutralizar.
De lumpen a indignado racial
Las vueltas de la vida son impredecibles. Giros y contra giros ponen a los individuos en veredas poco imaginables. Los despreciados de siempre, “la tanada y gallegada”, se elevaron al estatus (clase B) de despreciadores seriales. Con verborragia dan apoyo a la xenofobia de sus hostigadores: los “cogotudos” de fina levita.
Los viejos europeos hambreados llegados de su destierro a mediados del siglo veinte y su consanguinidad se tapan la nariz cuando hablan de un boliviano, paraguayo o peruano. Esos que subieron un peldaño; ahora acusan, apuntan con el dedo. Creen que son parte de la primera junta.
La venta que impulsa Mau Katt, difundida por la prensa transa, está dirigida a los “globitos radicalizados” y a los poco oxigenados que hacen gala de la alpedología. Parte de ese núcleo son los europeos que miran de “cotelete”: los Simios con sueños racionales según el Rasputín amarillo. Claros exponentes del medio pelo.
Ese maldito boliviano y otras plagas latinas
Los bolivianos son exhibidos como una manga de langostas dispuestas a devorar hospitales, colegios y hasta a los propios argentinos. Son los pardos del Altiplano sobre los que recae la propaganda más negativa; expuestos como el mal de Patria. Identificados como verdaderos parásitos de la beneficencia criolla.
La comunidad boliviana representa el 19 por ciento del total de inmigrantes residentes en Argentina (1.800.000 censo 2010). Ocupan el segundo lugar detrás de los originarios de Paraguay que son los líderes absolutos con el 30,5 por ciento.
En términos de población absoluta los bolivianos representan el 0,8 por ciento. ¿Puede esta cantidad de personas hacer colapsar a todo el sistema argentino? Definitivamente no. Bomba de humo para bares y peluquerías.
Otro punto a mencionar es que no solo de paraguayos, bolivianos y peruanos está constituida la inmigración latinoamericana residente en el país. En este sentido, los chilenos (socios estratégicos de los usurpadores británicos) representan el 10 por ciento del total y los uruguayos aportan un 6,5 por ciento de habitantes.
A partir de estos datos se suscita el siguiente intercambio en la redacción:
¿Hay algo qué no te cierra Rosendo?
Casi todo. Porque si juntamos a chilenos y uruguayos se forma un bloque de 16,5 por ciento, número muy cercano al de los bolivianos.
¿Qué insinúas?
Que los chilenos y los uruguayos son super humanos.
¿Por qué?
No se enferman. Nunca van a los hospitales. ¿Escuchaste a alguien decir “el hospital está lleno de uruguayos y chilenos roba turnos”? Seguro que no. Son siempre los bolivianos. ¿Será que el uruguayo no molesta porque vamos a sus playas de arena blanca?, ¿o todos tendrán prepaga?
¿Entonces: dónde está el problema del déficit?
Debo responderte con otra pregunta: ¿Los qué tienen cuentas offshore, los lavadores seriales, son los pardos o los blancos?
¿Los rajan a todos entonces?
Ideológicamente lo desean más que nada en el mundo. Pero no. Su avaricia está por encima de sus sentimientos. Los indeseados inmigrantes están protegidos por la propia miseria del blanco. Si los rajan, ¿quién van a poner el lomo en la construcción de los edificios blanqueadores por “chaucha y palito”? Los talleres clandestinos, ¿de dónde sacarán su mano de obra esclava?, ¿qué sería de la cosecha sin el trabajador golondrina llegado en camión como ganado?
El destino cruel los sacude. Su propia desgracia de ser explotados los mantiene en territorio blanco.